Soy mi cuerpo. Y mi cuerpo está triste, está cansado. Me dispongo a dormir una semana, un mes; no me hablen.
Que cuando abra los ojos hayan crecido los niños y todas las cosas sonrían.
Quiero dejar de pisar con los pies desnudos el frío. Échenme encima todo lo que tenga calor, las sábanas, las mantas, algunos papeles y recuerdos, y cierren todas las puertas para que no se vaya mi soledad.
Quiero dormir un mes, un año, dormirme. Y si hablo dormido no me hagan caso, si digo algún nombre, si me quejo. Quiero que hagan de cuenta que estoy enterrado, y que ustedes no pueden hacer nada hasta el día de la resurrección.
Ahora quiero dormir un año, nada más dormir.
Jaime Sabines
viernes, 21 de enero de 2011
quiero tener conmigo el espíritu de la belleza
aquí cercano
volver a los años puros de la niñez
que se me escapan
esa memoria mía
esa que persigo
esa que ahora escapa
esa que extraño
sentirlo como un día lo viví
extasiarme en él
soñar con ese espíritu
rodeada de él y sin vivirlo
no se ha ido
lo respiro
resuena en mi
abrazarlo
belleza
la lamo
la pervivo
la acaricio
ha cambiado la mirada
me quedo ciega
me encierro en días de sol
me encierro en noches de luna
y
solo dormida
me acompaña
quiero dormir sin despertarme mas
ver y aceptar el sueño
acabar con los encierros
contemplarme dormida
apagada la respiración
los músculos rígidos
la mente en el sueño de la nada
ese espíritu bello me contempla
en la disparatada necesidad de ya no despertar
espíritu de la belleza
te espero
la muerte continuación de la vida
eterno espíritu insondable
esperanzado en la nada
te espero
espíritu de la belleza
te espero
te espero
te espero
Suscribirse a:
Entradas (Atom)